Dando la Chapa (1). Recuerdos de un Coleccionista de Tebeos.

No recuerdo el primer tebeo que leí pero si el primero que coleccioné. Era el Crisis en Tierras Infinitas 4 de Ediciones Zinco. Lo conseguí en una tienda de intercambios de cómics que había en el Mercado de Carabanchel. La tienda en si era de papeles pintados y pinturas y en ella la hija del dueño para sacarse unas pelillas y supongo para poder leer otros tebeos por la patilla tenía una pila de tebeos para cambiarlos. Por unos cinco duros dejabas tu cómic y te llevabas a casa el que más te molara de todos los que había. En esa época los tebeos que había leído de DC eran los de Bruguera en formato albúm de Superman o de Batman y la saga del Batman vampírico del volumen uno de Zinco, imaginaros mi cara cuando devoré el tebeo conseguido.

Se quedó varios días solo en su cajón esperando compañía y esta llegó de la forma más extraña. Por aquel entonces mi hermano tenía un amigo que trabajaba de vigilante jurado y para pasar la noche se compraba bastantes tebeos. Como su mujer no quería que los guardase se los daba a mi hermano. Uno de esos Cómics era un Totem de Toutain y en ellos en una sección recomendaban el Batman Dark Knight de Frank Miller que estaba siendo editado en un formato llamado «Prestigio» que era una manera elegante de decir que tenía lomo y un papel mejor. Un día encontré el número dos de Zinco en la tienda de intercambio y Bum me voló la cabeza, si el de las Crisis me había alucinado esto ya directamente era otro nivel. Un Batman adulto en todos los sentidos, literalmente en el cómic, y en las intenciones del autor. Y la primera vez que en un cómic de superhéroes yo veía eso: un AUTOR. Un nombre al que seguir con interes donde antes realmente no eras consciente de que importase quien hiciese los tebeos  por culpa de las editoriales españolas que no publicaban casi nunca los créditos de lo que estabas leyendo. y automáticamente pasó a ser el segundo ejemplar de mi colección.

Después fueron llegando muchos otros hasta conformar lo que ahora es la locura que me lleva a escribir este blog pero el recuerdo de esos dos números siempre estará ahí como recordatorio del comienzo de una pasión que no ha mermado ni un ápice y que ha sobrevivido a tres mudanzas, dos de ellas en Metro con un par…

À suivre.